Cuando «amar y servir» guían nuestro trabajo

La primera vez que llegué al Colegio que en ese entonces se llamaba «Nuestra Señora de la Asunción» no me gustó. Yo era alumna de Educacion en la Udep y ver aulas sin lunas, carpetas viejas, una imagen de la Virgen de la Asunción abandonada, y lo peor: el ruido constante de aviones, me dije: «qué dificil debe ser trabajar en este colegio». Pero Dios va teniendo sus propios caminos y fue entonces que me hicieron la propuesta de trabajar en aquel colegio de «los aviones». Fue Hna. Carmen Mugarra quien en esa época me recibió, y desde aquel entonces, no me he ido de aquí.

Si hoy miramos a nuestra Institución Educativa como hoy la miro yo, no sólo ha cambiado lo que vemos: modernas instalaciones, patios amplios, hemosos jardines, aulas bien ventiladas y equipadas con proyectores multimedia cada una, pasadizos limpios,etc…ha cambiado también lo que no vemos: lo que enseñamos. Esta manera de ser que nos identifica es lo que ahora se llama estilo e identidad y que nos hace diferentes a otros colegios, y la esencia está en el «Amar y más Amar, Servir y màs Servir».

Son estos valores en los que se centra todo nuestro actuar pedagógico e institucional. No se puede servir sin amar y que buena correspondencia encontró Madre Angélica Recharte para legarnos lo que hoy es nuestra razón de ser.

Cuando en cada clase que damos les transmitimos a nuestras estudiantes junto al conocimiento y desarrollo de capacidades, valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la veracidad, la responsabilidad, la justicia , éstos se convierten en complementos del Amor y Servicio. Cuando en las actividades que realizamos insistimos en la puntualidad, en la alegría, en la dedicación, en el cuidado de cada detalle, también estamos enseñando el Amar y Servir.

Es inevitable pensar en el Amor y Servicio que un grupo de «monjitas» como las llamaban en Castilla, venidas de Lima, decidieran quedarse para construir en un arenal, el colegio. Han pasado algunos años y hoy como ayer nos comprometemos a seguir en el camino trazado por quienes nos antecedieron. Hoy ya no somos el arenal pero la esencia es la misma: educar para «Amar y más amar, Servir y más Servir»